miércoles, 31 de marzo de 2021

Un paseo por el embalse de Pedrezuela

 



 

            En estos días de reclusión pandémica, siempre es bueno salir – con todas las precauciones sanitarias, por supuesto- fuera de casa. En esta ocasión he tenido la oportunidad de ir… ¡¡¡a 50 kilómetros al norte de la ciudad de Madrid!!, concretamente al embalse de Pedrezuela.

 




            Recorrí el camino por la carretera (autovía de Colmenar el Viejo) y me dirigí hasta Guadalix de la Sierra. Antes una parada para recordar que días pasados estuve en el complejo de Vistas Reales para almorzar y ver a los niños que paseaban con sus papás y jugaban en un campo abierto para montar después en unos preciosos caballos, y visitar los animales de una granja, desde una gorda cerdita vietnamita… hasta papagayos o serpientes, sin olvidarse de cabras, ovejas, o burros y así hasta más de 35 especies diferentes de animales.

 




            A los lejos, se extendía la vista por la cercana sierra de Madrid, con el precioso pueblo de Manzanares el Real y su histórico castillo, una de las joyas de la arquitectura militar madrileña, y el pantano del mismo nombre, Las reales vistas eran realmente preciosas. RESTAURANTE SOTO DEL REAL | FINCA VISTAS REALES

 

            A ello hay que sumarle la buena terraza con esas vistas privilegiadas y una excelente cocina casera, de kilómetro cero, de tanto interés para el ciudadano madrileño que busca en zonas muy lejanas lo que puede encontrar a unos escasos kilómetros de casa si lo sabe buscar. Bien merece una pena. ¡Ah, hay que reservar por Whattsap!, pues es tanto el público que quiere ir que no siempre se puede acudir a este lugar.

 

            Y un poco más allá, Guadalix de la Sierra, un precioso pueblo montañero, al borde mismo de la cola del pantano de Pedrezuela. Guadalix fue el pueblo donde se rodó en 1953 la película “¡Bienvenido Míster Marshall!, una crítica a la España de Franco de los años 50, deseosa de los dineros americanos del Plan Marshall que nunca llegaron. Yo iba a la ermita de la Virgen del Espinar, una ermita nueva, porque la anterior quedó anegadas por las aguas de embalse, pero he ahí que al llegar me encuentro una señal de tráfico de dirección prohibida y a un coche de la Guardia Civil. Pregunto y me dice que, de momento, la han hecho peatonal.

 




            Ante este pequeño incidente, decido seguir la carretera adelante, la M- 608, en dirección a la autovía A1. Hay un par de estacionamientos al aire libre y desciendo para pasear por un precioso camino de tierra, al mismo borde del agua del lago, en la que se pueden ver numerosos patos disfrutando de ella, un camino florido en plena primavera de flores amarillas que envuelven unas hojas espinosas; además la zona está llena de zarzas, que allá por finales de agosto o septiembre estarán llenas de moras. Al fondo varios pescadores están a la espera de poder capturar alguna carpa o lucio. Sin duda, un precioso paseo en plena naturaleza. ¡Hay que volver!

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