Cuando un profesional del turismo,
como es Pau Morata, no puede viajar, saca un libro sobre su gran experiencia en
este insondable mundo del viaje. Acabo de recibir en mi casa un libro dedicado
“A Francisco, esperando y deseándote que algunas
de las líneas que siguen pueda aportarte buenos recuerdos… y alguna sonrisa.
Enero 2021”.
Lo primero que veo cuando tomo un
libro de mucho interés para mí como es éste es repasar su prólogo, su
conclusión, su índice y su solapa. Pau Morata Socías es un hombre que sabe de
qué va esto del turismo, no en balde fue durante muchos años el director de la prestigiosa
revista profesional “Editur”. Yo le conocí en mi etapa mallorquina, cuando un
servidor ejercía como periodista en el diario “Baleares” y posteriormente creé
el Departamento de Comunicación del Aeropuerto de Mallorca, cuando dirigía este
ministerio Enrique Barón que con el tiempo fue presidente del Parlamento Europeo.
Pues bien, Pau Morata dice en su
contraportada de él mismo: “Viajero cuya
dedicación profesional le ha permitido conocer más de medio centenar de países
–sobre todo ciudades- en los cinco continentes, viajar en todo tipo de aviones
y otros medios de transporte, alojarse y visitar profesionalmente en más de un
millar de hoteles… Pequeño empresario y editor desde el año 2000 y ha compatibilizado
sus diferentes responsabilidades empresariales con la docencia”; de hecho,
él me llevó a la Universidad Autónoma de Barcelona a impartir unas clases sobre
comunicación turística, cuando uno estaba trabajando en el Departamento de
Prensa de la Dirección General de Turismo de España.
Hoy toca hablar de Pau Morata, buen
amigo y gran conocedor del turismo español, además de ser autor de numerosísimos
artículos en todo tipo de medios de comunicación impresos y digitales. Ahora,
con la pandemia, ha publicado, editado por “Rutas singulares”, este simpático y
curioso libro, dedicado a hitos, curiosidades y anécdotas del turismo.
Son trece artículos de cada una de
estas tres materias. De los hitos destaco las tres primeras: La prohibición de
fumar a bordo de los aviones que surgió de una experiencia de la más importante
compañía aérea estadounidense, American Airlines, ensayo que supuso la
prohibición aprobada por los Gobiernos de todos los países del mundo. O bien
los talonarios para hoteles, un invento español, que consiguieron alojar en los
fines de semana, a unos precios económicos a los clientes profesionales que tenían
durante los días laborales y que llegaban a esos mismos hoteles con sus familias
o un tercer caso que es el de la compañía Airbús, a la que se le vaticinaba un
negro porvenir y hoy compite con la norteamericana Boeing e igualdad de
condiciones y así diez artículos más.
En el apartado de curiosidades.
Cuenta Morata el fracaso del portal turístico de Gerona bajo el nombre de
eolandia. www.eoland.com , que no duró ni 15 meses su puesta en escena. El
plan de viabilidad corrió a cargo de la consultora Tourism & Leisure,
propiedad de Jordi Pujol hijo, salpicado en casos de corrupción. Un segundo
caso es la idea de Donald Trump, antes de ser presidente de los Estados Unidos,
de invertir en Madrid o Barcelona y levantar un gran hotel de lujo con su
nombre. Una mamarrachada más. Tuve la experiencia de desayunar, con otros
periodistas de turismo, con Donald Trump cuando ni siquiera soñara con ser
presidente de USA. Estoy hablando de octubre de 1992. El desayuno tuvo lugar en
uno de sus hoteles en la ciudad balnearia de Florida: Atlantic City. Habló y
habló fatuamente y solo querían que le hicieran una pregunta. La mía fue la
última y él estaba deseando contestar. La pregunta fue: ¿Qué piensa usted de
Ivanna Trump, esa señora de la que se acaba de divorciar? Y aquí Pau tiene
otros 10 capítulos dedicados a los más variados temas, entre ellos el ultimo:
“Libia, uno de los destinos perdidos”, un lugar que sólo conoce desde la
ventanilla de un avión, A Pau le gusta elegir el mismo sitio que a mí, una
ventana…Merece la pena. En su artículo habla de la entrevista Gadafi – Felipe
González en el chalet de Miguel Nigorra, un banquero mallorquín y de la que
informé, en su día, en mi periódico y en la revista “Cambio 16”.
Y para terminar cuenta Pau Morata
trece anécdotas turísticas, desde los hoteles que más le han gustado, como los
que menos. De estos no cita ninguno por ser un hombre considerado. De los que
más le gustan, como gran viajero: El Waldorf Astoria, de Nueva York; el Ana, en
Sidney, o el Raffles de Singapur, cuya curiosidad es que invitan a los clientes
a cacahuetes con cáscaras, que tienen que tirar al suelo como símbolo de
libertad, ya que son muchas las prohibiciones en este pequeño país asiático. Yo
he viajado mucho menos que él, ni siquiera he estado en Oceanía, pero citaré
también tres: El Mandarín Oriental, de Taipei, la capital de Taiwán, exquisito
y elegante, similar al hotel Ritz de Madrid, como lo son el lujoso hotel La
Mamounia de Marrakech, donde tuve el gusto de cenar con el hermano del Rey y el
Palacio Elizaventino, reconvertido en un hotel suntuoso en la ciudad rusa de
Gátchina, en la Región de Leningrado, a unos 50 kilómetros al sur de San
Petersburgo.
Y termino por donde Pau comienza,
por el prólogo, cuando escribe: “Espero y
confío en que la lectura cumpla una de las dos siguientes funciones: Servir de
entretenimiento a unas personas y de ampliación del conocimiento a otras. O
ambas cosas juntas”. Pau promete una ampliación de este libro en otro tomo
de próxima aparición.
Rutas
singulares. info@rutassingulares.com
¡Enhorabuena al señor Pau por este libro de grandes anécdotas viajeras y turísticas!.
ResponderEliminarYo creo que todos los que hayamos sido felices viajando podemos aportar algo al anecdotario: recuerdo, personalmente, de mi estancia en la República del Ecuador, que fue en Guayaquil donde hice la Primera Comunión, que mi catequista era una mujer muy buena persona y católica, de raza negra, que me enseñó las bases de mi fe cristiana, y que mis padres la invitaron a la celebración a petición mía, con todo el gusto del mundo. Recuerdo que la celebración fue en el Hotel Guayaquil, el mejor de aquella gran ciudad, por entonces, y que entre los invitados estaban el cónsul de Argentina y la mayoría de agregados de la Embajada argentina en Ecuador. Uno de ellos, el agregado militar, comandante de la Fuerza Aérea Argentina, nos proyectó una película que él mismo grabó, volando en formación de cazas de combate a través de los Andes.
Otros recuerdos guardo, no tan gratos, de un viaje en avión de la Ciudad de Panamá a Miami, en la extinta Compañía aérea Braniff. El avión pasó por todo tipo de turbulencias, agitándonos de manera demencial durante todo el vuelo. Tan mal lo pasé en ese viaje, que, mientras rezaba todas las oraciones cristianas que se me ocurrían, prometí a Dios que si salíamos de esa, me hacía Sacerdote.
Buen día, Paco, y amigos todos.